Casamance 13-21 Marzo 2015

 
 

 

 
 
 
 
Dos de los viajeros nos relatan así la experiencia del viaje (Débora Maestro Bartolomé y Antonio Santos Girona)
 
Por Debora Maestro Bartolomé:

"Cuando me piden que hable sobre nuestro viaje a Senegal, mi cara se ilumina y una sonrisa se  dibuja en mi rostro.

Supone un reto explicar con palabras un sentimiento …

Podría hablar de enamoramiento, amor por un país, una cultura y un modo de vida por el que soy capaz de apostar dejando atrás miedos e inseguridades.

Podía referirme a una calidad humana sin precedentes donde el color de piel, la religión y las diferentes culturas conviven de forma natural, en armonía, donde lo mío se convierte en nuestro y donde ¡caben dos….cabemos todos!.

Si a este entorno (para mí este paraíso de clima cálido y preciosos paisajes), le sumamos unos compañeros de viaje que se convierten en parte de mi familia, ¿cómo no se va a dibujar una sonrisa en mi rostro, acelerar mi corazón y emocionarme al escuchar nombrar a ese continente con nombre y cualidades de mujer  que enamora atrae seduce….

Para mí volver significa simplemente visitar a mi familia, mis amigos, un viaje de trabajo placentero y de relajación total, un viaje de reencuentro personal  con la parte que quiso quedarse allí.

Un viaje con billete de ida y con vuelta …quizá! "

 

 

Por Antonio Santos Girona:

"8 de marzo de 2015, Valencia, está amaneciendo y hemos quedado con un montón de gente, personas a las que no conozco pero que acuden a la llamada de Asociación GUP, porque hoy es un gran día, hoy tenemos que llenar las 16 maletas de 23 kilos cada una, que el día 14 de marzo llevaremos a Senegal.

Y es que, desde hace más de tres meses mi cabeza no piensa en otra cosa, me voy a África!!!,… y cada vez que pongo la televisión, hay un país africano en guerra o con epidemias o es atacado por terroristas o países azotados por hambrunas, refugiados..…. Y yo, con dos hijas pequeñas, un trabajo y una vida acomodada, me uno a este grupo y me voy. A veces pienso… ‘quien me mandaría a mi embarcarme en esta aventura’

Ya son las 10 de la noche, y cansados terminamos de llenar la última maleta, después de un domingo agotador, en el que hemos cambiado varias veces el material escolar y sanitario, de maletas a bolsas y de bolsas a maletas, para poder llevar, incluso, los últimos medicamentos que ha traído Raquel (compañera de viaje) esta mañana… lo hemos conseguido. No sabemos si conseguiremos que todo este material llegue a su destino, pero lo vamos a intentar.

13 de marzo, es el gran día. Amanezco nervioso, estresado pero muy ilusionado, me he despertado varias veces esta noche, con la misma pesadilla, solo veo en mis sueños maletas, maletas y los dos coche se hacen cada vez mas pequeños y no podemos meter todo el material para ir hasta el aeropuerto de Madrid… entonces despierto y me convenzo ‘todo ira bien’. Y así es, en la madrugada llegamos al aeropuerto de Madrid, con todas las maletas.

En Senegal de camino a la guardería, vuelve a invadirme la sensación ya conocida de estos últimos meses, ‘¿qué hago yo aquí?’, sensación que resuena con más fuerza en mi interior, cuando subido en un coche oxidado, viejo, con agujeros en el suelo y en el techo, casi sin asientos, viajamos hacia Bignona (Casamance, sur Senegal). Mirando a mí alrededor, solo veo basura, anarquía, casas hechas de adobe, y niños harapientos por todas partes.  Si alguien me dice, hace 25 años, cuando un grupo de universitarios, empezamos a formar la Asociación GUP, que iba a ir a África una semana, a visitar a 100 niños de una guardería, seguro le hubiese contestado, ‘tu no me conoces, Africa no es mi lugar. Aquí también hay mucho que hacer… ’

Tras mi primera noche en Africa, me despiertan el sonido de los gallos y la llamada al primer rezo de la mezquita, son las seis de la mañana. Tenemos planeado aprovechar el día, madrugar y llegar cuanto antes a la guarderia, pasaremos el dia completo con los niños. Pronto descubrimos lo poco que importa el tiempo en Africa. Tardamos mas de tres horas en recorrer los 6 kilómetros que separan el hotel de la aldea en la que se encuentra la guardería, Djikesse. En africa siempre flat un papel

Mi primer dia con los niños que tantas y tantas veces he visto en las fotos que Raquel y Javi me han enseñado, y hoy me paso el dia jugando a las canicas, al futbol, corriendo con el neumático y el palo, hinchando globos, comiendo piruletas, … con un montón de niños que no me entienden y yo no les entiendo, pero ellos sonríen constantemente y yo me siento otra vez niño, como ellos.

Asi serán los siguientes días, los niños me persiguen, compiten por tener la mejor perspectiva cogidos a mi brazo, me pellican incapeces de comprender el palido color de mi piel, insisten en acariciarme el pelo, no comprenden porque no tengo rizos. Yo los cojo en brazos, los paseo, les cuento, bailamos, nos reimos de forma complice al ver mis torpes movimientos. Que feliz me siento con esta realidad! Nadie me juzga. Puedo ser yo……

La visita al huerto ecológico donde 120 mujeres trabajan todo el dia, regando manualmente, mas de 50000 m cuadrados, me hizo comprender y recordar lo duro que es el trabajo del campo.

21 marzo, que rápido ha pasado todo, ya estamos de vuelta, nuevamente en el mismo coche roído, pero ahora, mis sensaciones, inexplicablemente, han cambiado. Ahora ya no veo suciedad ni anarquía, ahora siento hospitalidad, acogida, alegría, cercanía, amabilidad…. En definitiva VIDA.

Vuelvo a mi hogar, después de compartir con ellos unos días, y mi mente no acepta las situaciones cotidianas de mi vida, la prisa de mis vecinos, el comportamiento maleducado de mis alumnos, la exigencia de mis hijas porque su ropa no combina, la abundancia en los supermercados, la falta de paciencia de los conductores,… quien es realmente el pobre? Quien ha de ayudar a quién? Quien ha de aprender?  

Mi forma de entender la vida ha cambiado, siento que este viaje empezó el 14 de marzo y ya no terminara."